Según sea la profundidad, extensión y situación del embudo, el pectus excavatum puede adoptar diferentes formas. Las más frecuentes, son las que tienen el embudo centrado y simétrico sobre el tercio inferior del esternón y últimos cartílagos paraesternales (Tipo I); menos frecuentes son las forma simétricas con un embudo largo que afecta gran parte del esternón y los cartílagos adyacentes (Tipo II); y, más raras, las formas asimétricas del embudo (Tipo III). Esta anormal posición de los cartílagos y del esternón, curvados hacia la columna vertebral, conduce a una disminución del diámetro antero-posterior de la caja torácica con afectación en ocasiones de la función pulmonar y cardiaca.