Hay una disposición genética a padecer estas anomalías. Hasta en un 30% de los casos hay antecedentes familiares. No es infrecuente que varios miembros de una misma familia sean operados.
La causa es todavía desconocida. Hay varias hipótesis. La más aceptada es que existe un sobrecrecimiento del esternón y los cartílagos paraesternales, probablemente debido a una debilidad estructural de los mismos, los cuales se deforman al incidir en ellos fuerzas mecánicas y respiratorias.
Sólo los casos muy acentuados que comprimen el pulmón y el corazón pueden llegar a presentar trastornos físicos. Más frecuente son los problemas estéticos. Los afectados esconden la malformación, sobre todo en las playas y piscinas. Esto les hace alejarse de una convivencia social normal, creándole una personalidad tímida y retraída.
Es muy difícil. Cuando el niño es pequeño, colabora poco en la realización de ejercicios físicos encaminados a mejorar el pectus. No obstante, se recomienda tener una actitud física tendente a fortalecer la musculatura torácica. En niños mayores colaboradores, se pueden intentar programas largos y tediosos de ejercicios físicos combinados con maniobras positivas de respiración, aunque siempre acaban fracasando por falta de constancia.
En los casos que presenten síntomas, siempre. Las indicaciones por estéticas deben ser muy bien valoradas y consensuadas por los padres y el propio paciente, aunque la experiencia dice que a la larga acaban queriéndose corregir el defecto.
Hoy en día, podemos considerar está cirugía como segura y exenta de mortalidad.
A cualquier edad, siempre y cuando tengan síntomas, aunque las indicaciones por problemas estéticos se acostumbran a hacer más tarde. Lo óptimo es a partir de los 7-8 años, sin límite superior de edad.
Ninguna que ponga en serio riesgo la vida y que no se pueda solucionar siempre satisfactoriamente.
Las posibilidades de fracaso son escasas si la cirugía se ha planificado y ejecutado adecuadamente. Los resultados a largo plazo son buenos.
En las primeras semanas después de la cirugía se toman una serie de medidas restrictivas que paulatinamente se van liberando, llegando a realizar una vida normal 3 meses después de la intervención.
En nuestro país no, pero sí que existen cirujanos con mayor dedicación a estos problemas, a los cuales se recomienda asistir.